viernes, 4 de febrero de 2011

Vuelo


Hoy parece que todo es gris. El cielo está cubierto de nuves gordas y feas, las paredes de los edificios que me rodean son viejas y deprimentes, el humo de los coches y autobuses es espeso y apestoso. Hoy estoy encerrada en una cárcel horrible, una cárcel que se llama rutina. Llevo aquí más tiempo del que me gustaría, mucho más tiempo del que soy capaz de recordar. La monotonía de esta prisión es asfixiante, da dolor en el pecho, hace que te cueste respirar. Las rejas y los grilletes están por todas partes, para que no olvides que no puedes escapar. Los veo en las prisas en el metro, en los relojes que hacen tictac sin parar, en los maletines de la gente trajeada que no son guardias sino presos, los reclusos que más sufren, los que están condenados a la horca de sus corbatas.
Hoy veo todo esto y siento que algo está mal. Hoy veo el sufrimiento de la gente que entra y sale de las oficinas y tiendas de la Gran Vía, no veo rastros de alegría en ninguno de sus rostros, parece que a ellos les hubieran prohibido sonreír. Hoy veo todo esto y siento que algo debería cambiar. Hoy he descubierto la manera de escapar. Hoy digo: ¡Já!
Hoy emprendo el vuelo hacia la libertad, hoy mis alas dejan atras este horrible lugar, ¡porque hoy me voy de la ciudad!

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